Con el lanzamiento de la tercera generación Q, Leica, fabricante de algunas de las cámaras digitales y de película más veneradas del mundo (esta última, incluida la M6), ha añadido significativamente (y con éxito) una gran cantidad de nuevas características y funcionalidades sin perder la magia y la simplicidad que hicieron que las iteraciones anteriores de Q fueran tan brillantes para empezar. No es una tarea fácil.
El Q fue un éxito instantáneo tras su lanzamiento en 2015, y el Q2 de segunda generación no fue diferente, por lo que es tranquilizador descubrir que el nuevo Q sigue siendo una cámara sin espejo de fotograma completo de 28 mm con un excelente enfoque automático, un objetivo Summilux y un aspecto clásico de telémetro. A primera vista, es casi idéntico al modelo anterior; el regalo de que esta es una cámara nueva es la colocación de los botones de función en la parte posterior, ahora reducidos a solo dos y colocados a la derecha de la pantalla. Leica hizo un trabajo inteligente al integrar todas las nuevas características y utilidades dentro de una forma familiarmente minimalista y fácil de usar.
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